La Alianza para Combatir la Desigualdad comenzó en 2016 con una misión clara: unir a un movimiento global creciente para contrarrestar la excesiva concentración de poder y riqueza en manos de una pequeña élite.
Siete años después, hemos crecido desde nuestros pequeños comienzos hasta convertirnos en un movimiento de decenas de miles de personas en todo el mundo. Este -nuestro primer- Informe Anual es una celebración de todo lo que hemos conseguido en los últimos 12 meses y una reflexión sobre los planteamientos que debemos adoptar para ganar nuestra lucha en el futuro.
Este movimiento se encuentra en un momento decisivo. En todo el mundo están aumentando las desigualdades de poder, riqueza, género, raza, clase, casta e identidad, con consecuencias devastadoras para todos menos para los más ricos. Este es un llamamiento a la movilización de nuestro movimiento: para lograr el cambio que buscamos, tenemos que crecer en la próxima década y convertirnos en el mayor movimiento que desafíe el poder del 1%.
Este año hemos logrado algunos éxitos notables a nivel nacional en la lucha por los impuestos sobre el patrimonio, contra la deuda del FMI y las medidas de austeridad, entre otros. En todo el mundo, nos hemos movilizado por las Alternativas Populares con adhesiones en 50 países y a través de caravanas, asambleas y tribunales populares. Todo ello culminó en las reuniones anuales del Banco Mundial y el FMI en Marrakech, donde el veredicto de nuestro Tribunal de Alternativas Populares calificó a estas instituciones de "la mayor estafa del siglo".
Este año ha tenido lugar la clase inaugural de la Escuela Global de Organización, para jóvenes líderes de 13 países. Es fundamental para el futuro que aumente significativamente el número de jóvenes líderes de todo el movimiento procedentes de diferentes clases trabajadoras y entornos marginales. También celebramos nuestro primer Encuentro Global presencial desde 2019 en Katmandú, Nepal, con miembros de 15 países compartiendo, aprendiendo, celebrando y planificando entre ellos.
Mientras luchamos por cambios en los problemas de desigualdad que están afectando a nuestros miembros y sociedades en todo el mundo, también necesitamos construir alternativas: un plan para el sistema económico que sustituya al neoliberalismo, construido por las personas más afectadas.
Para hacer frente a este reto, en 2023 acordamos una nueva hoja de ruta a 10 años, que establece nuestra ambición y nuestra estrategia para impulsar la movilización y la organización de masas en todo el mundo. Todo ello irá acompañado de formación política sobre las causas estructurales de la desigualdad y las capacidades de organización.